"... esa disposición de ánimo puramente objetiva la facilitan y la promueven exteriormente los objetos que se nos ofrecen, por la exhuberancia de la naturaleza bella, que seduce y atrae a su contemplación. Siempre que de improviso aparece a nuestros ojos y, aunque sea sólo por instantes, nos sustrae a la subjetividad, a la esclavitud de la voluntad, y nos traslada al estado de conocimiento puro. Por eso, quien está atormentado por las pasiones o por la miseria y la preocupación se alivia, se serena y se anima repentinamente con una única mirada libre a la naturaleza; la borrasca de las pasiones, la opresión del deseo y del miedo, y todo tormento de la volición se calman enseguida de un modo admirable. Pues en el instante en que, liberados de la volición, nos abandonamos al conocimiento puro, sin voliciones, es como si entráramos en otro mundo donde todo lo que mueve a nuestra voluntad y nos sacude violentamente no existe."
Arthur Schopenhauer. El mundo como voluntad y representación. Libro tercero, 38.
Imagen: Agurdión.
30 de decembro de 2007
El dolor: viceversa
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6 comentarios:
Tal vez, porque al contemplar esa bella naturaleza nos sentimos insignificantes. Y todo en nosotros se minimiza, se rinde.
No he entendido nunca el afán de los pensadores-varones por el conocimiento puro. ¿Existe? Diría que no.
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"Mi respuesta es: al contemplarlo el filósofo sonríe a un óptimum de condiciones de la más alta y osada espiritualidad. Con ello no niega la existencia, antes bien, en ello afirma su existencia y sólo su existencia, y esto acaso hasta el punto de no andarle lejos este deseo criminal: pereat mundus, fiat philosophia, fiat philosophus, fiam!...[perezca el mundo, hágase la filosofía, hágase el filósofo, hágame yo.]"
F. Nietzsche, La genealogía de la moral
¿Ves?, lo que te decía. Jajaja
Nietzsche siempre tan perverso.
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Estupenda cita la de Nietzsche.
Lo que no tengo tan claro es si la contemplación de la naturaleza en nuestros días alivia, como pensaba Schopenhauer en los suyos...
Hola Lukas. Es muy interesante lo que planteas. Yo creo que depende. Es posible que el paisaje se haya banalizado mucho, en el sentido de que se ha 'hipercodificado', por decirlo así. Por ejemplo, si buscamos en cualquiera de las webs que ofrecen fondos de escritorio para windows, encontraremos infinidad de fotos de paisajes muy parecidas. Montañas, ríos, desiertos, obedecen a muchísimos clichés.
Pero, por otra parte, el paisaje sigue en vigor. Hay muchos que lo defienden frente a los desmanes urbanísticos. Además, somos herederos del paisajismo del siglo XIX. Constable, Turner, pasando por Friedrich, la escuela de Barbizón y finalmente los impresionistas pusieron en boga un hecho estético que nunca antes se había valorado a nivel popular.
En mi caso personal, la naturaleza me atrajo mucho desde pequeño, y me siento identificado con la cita de Schopenhauer. Pero tengo que renocer que no tendría por qué ser así. Todo depende de las connotaciones que nos traigan los objetos. Para mí un lugar inhóspito constituye una 'promesa de felicidad', otro tal vez prefiera un bulevar. Un saludo!
Hola Juan,con lo que me hubiera gustado ir hoy por la playa y ahora me encuentro con esta foto,no sabes qué ganas tengo de ir unos días por la costa.Las veces que me he quedado en la playa mirando el horizonte,sin hacer nada,absolutamente nada,sólo escuchando el ruido de las olas y respirando aquel olor "a mar" tan peculiar.Es la mejor manera de olvidar las preocupaciones.
Cuando pueda te envío alguna foto de la Costa Brava.
Hasta pronto,
besos,
Marina
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