Na beira do Lete

... alampan os recordos todos, como brasas atizadas polo vento da morte.

16 de decembro de 2006

Ícaro

No hay misión. No hay itinerario previsto. Sólo un enorme hueco oscuro por donde lanzarse dando palos de ciego. Sólo alardean de su proyecto quienes lo tienen al alcance de la mano. Son pura vanidad. El resto se mantiene en silencio en lo que dura la infernal caída. Abren los brazos en busca de un saliente milagroso que los salve; o por el contrario se encogen ingenuos, se hacen pequeños, para protegerse del fatídico impacto.



Imagen: Mazeppa, Horace Vernet.

2 comentarios:

Anónimo dixo...

Podemos estar toda a vida esperando o impacto, igual que o que espera que alguén o vaia empurrar nunha costa empinada. Parece que só podemos agarrar pedras, pero sempre nos queda imaxinar que son diamantes. Ou buscar os de verdade ata que sanguen os ollos.

Un bico.

Mario Iglesias dixo...

Palos de ciego: hasta que diriges el palo contra ti, y entonces o rompes el palo o te rompes a ti. Después ya no hay más.

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