El deseo es contraproducente. Desear algo es el argumento menos válido para conseguirlo, y tiene una influencia inversa sobre su objeto. Irónicamente, la intensidad del deseo es proporcional a la dificultad de satisfacerlo. El amor sonríe a quienes están aburridos de él.
Así que, para tener algo, no debe desearse primero.
Pero entonces ya no tiene gracia.
9 de xuño de 2007
El deseo
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2 comentarios:
No todo funciona así pero si la mayoría.
Coidese Davit ^^
yo lo miro el blog! y con la angustia que sabes cuantas personas lo visitan..pero si no escribes nada de nuevo!??!
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