Na beira do Lete

... alampan os recordos todos, como brasas atizadas polo vento da morte.

23 de maio de 2010

Sinestesia

El presente en sí suele carecer para mí de emoción y de sentimiento. El presente por sí solo es una marea de estímulos que repican en la piel y en la retina. Toda emoción estriba en el recuerdo, en virtud del cual las sensaciones fluyen de un sentido a otro hasta derivar en una experiencia de orden sentimental.

El olfato me parece el sentido de la memoria, el lugar por el que se filtran las sensaciones que llegan al alma. Todo pasa por la nariz antes de que importe, porque a través de ella queda ligado con todos los tiempos. En cambio, la vista me parece el sentido del presente, el de menor capacidad evocadora, tanto más cuanto más nítidas y evidentes son las imágenes que produce. Cualquier imagen del recuerdo se encuentra profundamente distorsionada por los afectos, muy lejos de lo que informó la retina en algún anodino presente.

Un día, lo que era anodino, insulso y hasta confuso deja, tras una larga y pesada digestión, de flotar en el estómago de la memoria, y queda definitivamente asimilado al organismo. Las vivencias se recuperan de su desconcertante insignificancia y se entrelazan con la musculatura de los sentimientos, y lo que estaba perdido en el presente se aparece resumido en un olor singular e inimitable. Cuando algo ya se ha pasado, cuando más lejos está de mí, cobra olor, se revela por entero en la lejanía, como un inmenso valle cuando se ha tomado suficiente altura. Aquel valle, tan grande y con tantos colores, ya no es mi casa, pero a cambio lo siento por primera vez coleteando en el alma.

La fragancia del aire contiene más emociones que las vivencias mismas. Cuando llega el aire que anuncia el verano, las sensaciones son más intensas que en pleno agosto. En medio de sus calores, cuando ya han pasado muchos días de monotonía, el aire parece que no huele a nada. Pero cuando llega sutil la fragancia de algún día olvidado, las sensaciones pueden ser hasta brutales, porque penetran donde están los recuerdos. Las imágenes se producen muy adentro y salen a iluminar el mundo con su signo: el paisaje no es ya el que está ahí delante, porque la mitad en él es el reflejo del alma.

Imagen: Castelao, Milagro o Viático (período 1922-29)

4 comentarios:

tripasdegato dixo...

Tes toda a razón.Recordo o forte olor que me premitíu atopar o meu gato desaparecido tres días antes, en cambio non fun quen de recoñecelo con todas aquelas moscas nos ollos.

Anónimo dixo...

que razón tienes :)

Anónimo dixo...

..."ni siquiera somos conscientes del presente, porque los estados mentales siempre van rezagados con respecto a los estados cerebrales"....
..."en cierto modo, todos los momentos de nuestra vida son ya pasado cuando los experimentamos"...

Agurdión dixo...

Humnmn... supongo que con esas citas (que creo que no pertenecen a este blog) quieres también quitarle importancia al presente. En definitiva, estiy de acuerdo en que el presente es, por lo general, una realidad hipocodificada, extraña, que sólo es legible cuando es vista en perspectiva. Cuando hacemos algo por primera vez, cuando estamos leyendo las primeras líneas de un libro, no sabríamos decir si estamos disfrutando.

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