El Prado Viejo: es una parcela trapezoidal de 0,45 hectáreas conformada por un recinto principal de pastizal, que tiene una inclinación media hacia el norte de un 8,8%; y por otro recinto menor de prado arbustivo, que se sitúa en el extremo más bajo y que está atravesado por un curso de agua.
El castaño: está situado en la parte alta de la parcela. Su tronco, oculto por las hiedras, tiene una circunferencia de alrededor de 3 metros en su parte más gruesa. A principios de julio, la copa se encuentra cubierta de amentos colgantes de color dorado de entre 10 y 20 centímetros de largo.
La hierba: ha sido cortada, pero no recogida. Los largos tallos secos están tumbados en bandas paralelas por toda la superficie del prado. Conforman una gran sábana amarilla sobre la que vibra una nube de saltamontes.
La acústica: los niveles acústicos se mantienen constantes en torno a los 12 decibelios, si bien se percibe una alta densidad de timbres a causa del fragor de los millones de insectos que habitan el aire y la hierba.
Un niño: ha levantado una piedra, y debajo ha aparecido un hervidero de bichos que ahora corren como locos para esconderse en otra parte. Son tantos y tan raros que es difícil ponerles nombre.
Las condiciones atmosféricas: a falta de una hora para el ocaso, la temperatura a la sombra es de 28 grados centígrados. El cielo está despejado y no sopla el aire. La presión atmosférica es de 1025 milibares, y se prevé estable durante los próximos días.
Imagen: Bernard Palissy, Plato rústico, siglo XVI (fuente: Wikipedia)
6 de xullo de 2009
El verano
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2 comentarios:
Inquedante, é a palabra que se me ocorre. Teño na cabeza ese verán árido e cruel de Vivaldi, e os insectos bulindo baixo as pedras... Esta noite vou soñar con serpes.
Gústame a comparación; o fragor dos insectos ben podería ser o dun cento de violíns. A verdade é que As catro estacións préstanse moito á sinestesia. Agardo que durmises ben:)
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