Na beira do Lete

... alampan os recordos todos, como brasas atizadas polo vento da morte.

15 de febreiro de 2008

La buena suerte

Si tenemos un día de suerte, decimos que la suerte está ahí, que hay que esperarla, y que siempre termina por llegar. Pero hay, seamos justos, a quien no le llega nunca, quien se muere en la extrañeza de haber sido olvidado en todas las fiestas. El día en que nosotros aparecemos en la lista, el mundo nos parece lleno de bellezas. Y los afortunados, armados de luces, nos reunimos para convenir que la desdicha es un timo, y quienes la padecen una casta exótica en permanente lucha por enterrarse.

Es normal que lo hagamos. Es parte de la fel
icidad. La felicidad conlleva cierta sensación de altura, de estar subido al carro, en el negocio de las cosas que se mueven, que son normales, que nos mezclan con los demás. La humildad, en cambio, nos debilita, nos ancla a la tierra, nos tira del tren, nos amenaza de muerte. Tantas luces encendidas, allá en el fondo de la vía, son demasiado tentadoras como para no dejarnos hechizar por un instante.

Imagen: Goya, Niños inflando una vejiga (1777-78)

3 comentarios:

Mery dixo...

En muchas ocasiones llamamos suerte a lo que sólo es una buena elección por nuestra parte. Solemos ver borroso el límite entre suerte y actitud ante la vida. Buena suerte, buena estrella, mala suerte, mala estrella...¿está tan claro ? Hay que tener mucho sentido común para distinguir y actuar.
Buen fin de semana, Argudión. Y gracias por tu visita a mi blog.
Mery

lukas dixo...

Qué post tan enigmático, qué habrá querido decir este chico...

Madame X dixo...

Creo que la vida está llena de acontecimientos fortuitos que pueden cambiar tu trayectoria para bien o para mal. Y todos estamos expuestos a ellos. También es cierto, en la línea que apunta Mery... que nuestra elección nos marca los pasos. Pero, en general, hay muchas cosas que no podemos controlar. Tal vez, precisamente por eso, la vida es siempre una experiencia intensa aún cuando no parezca acontecer nada.

La humildad no hay que perderla nunca, porque mañana te puede pasar lo peor.

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