Otro día. Igual. La rutina es una protección contra el cambio. Este mar, este cielo, se pierden tan lejos en el tiempo que uno tiene la sospecha de que sean perpetuos.
Nadie dice nada.
Echo otra carta por la borda,
y sube atolondrada, como una mariposa,
y se va revoloteando con el viento, confundida en una manga larguísima de hojas secas.
24 de marzo de 2007
Otoño
Subscribirse a:
Publicar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario